
Los conceptos de monoteísmo y politeísmo pueden ser relativos, de modo que los conceptos de dios y diosa pueden ser culturalmente mal entendidos. El concepto de género en relación a un Dios y a una Diosa puede connotar profundas tendencias de patriarcado y matriarcado que pueden equivaler a la división entre monoteísmo y politeísmo. El concepto Diosa es apoyado por matriarcas modernos y panteístas como la versión femenina, o análoga a Dios, (p.e. el Dios Abrahámico), quien en el círculo feminista y en otros círculos es percibido como ser arraigado en el concepto patriarcal dominado por la exclusión de conceptos femeninos.
El uso de una lengua paralela como "patriarcado" y "matriarcado" para indicar tendencias de género puede agregar malentendidos en las preferencias de organización social de hombres y mujeres, según lo evidenciado en resultados antropológicos, arqueológicos y culturales.
La relación femenino-masculina entre deificaciones es a veces originada en el Monismo, ("uno-ismo") sin una vinculación a un concepto definido y rígido de monoteísmo contra politeísmo en donde Diosa y Dios son vistos como géneros de un ser trascendental.
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