El vuelo de la esperanza para los rinocerontes


A finales de octubre se daba a conocer una triste noticia: la muerte del último ejemplar de una subespecie de rinoceronte de Java (Rhinoceros sondaicus annamiticus) que quedaba en Vietnam, con lo que oficialmente se dio por extinguida esta población. Años atrás ya se extinguió otra subespecie que se repartía entre India, Bangladesh y Myanmar. Ahora, la especie solo aguanta con los cincuenta ejemplares de una población en la isla de Java, en Indonesia.

Al último rinoceronte de Vietnam le faltaba el cuerno y tenía restos de disparos en sus patas, síntomas de que había sufrido el ataque de unos furtivos que buscan lucrarse con unos cuernos destinados a la medicina tradicional china y por los que en el mercado negro llegan a pagar 30.000 dólares. Es el mismo destino que tienen los apéndices óseos del resto de especies de rinocerontes, como se comprobó unos días después, ya en noviembre, cuando dio el South African National Parks las estadísticas de este año sobre ejemplares abatidos: 341 en los primeros diez meses de 2010, frente a los 333 que murieron en todo 2011. Afortunadamente, no todos se salen con la suya, y el pasado martes el servicio de Aduanas de Hong Kong decomisó 33 cuernos procedentes de Sudáfrica.

Hace poco también, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) actualizaba la lista roja de especies amenazadas, en la que afirmaba que, "pese a los programas de conservación, el 25% de los mamíferos está en peligro de extinción", y lo ejemplificaba con los casos de las especies de rinoceronte, ya que cuatro de cinco (negro, blanco, de Java, de India y de Sumatra) aparecen bajo esta catalogación. Además de citar el fatal destino de la subespecie de Vietnam, añaden que "las reevaluaciones de varias especies muestran que la subespecie del rinoceronte negro en África Occidental se ha declarado oficialmente extinta y la subespecie del rinoceronte blanco en África Central se encuentra al borde de la extinción y ha sido clasificada como posiblemente extinguida en estado silvestre".

La UICN corrobora que "las principales amenazas que acechan a los rinocerontes son la falta de apoyo y voluntad política para acometer esfuerzos de conservación en muchos de sus hábitats, donde actúan grupos del crimen organizado internacional y aumenta la caza furtiva para cortar los cuernos y destinarlos a fines comerciales". WWF está detrás de la gran mayoría de las denuncias de estas acciones, pero también delante de la protección y conservación de las especies de rinocerontes.

Más allá del efecto mediático de ver a los animales colgados de helicópteros, el proyecto de expansión del rinoceronte negro, en el que los ecologistas trabajan con empresas ligadas al turismo en la naturaleza (Ezemvelo KZN Wildlife y Eastern Cape Parks and Tourism Agency), busca asegurar la supervivencia de la especie ayudándoles a aumentar su hábitat; de ahí el traslado de áreas donde hay un excesivo número de ejemplares por hectárea a otras donde hay menos. Tambiénse consigue así que la presión sobre las poblaciones sea menor. Hasta el momento se han trasladado unos 120 rinocerontes a nuevos espacios y su rango de hábitat ha aumentado en 150.000 hectáreas. Por otro lado, el traslado en helicóptero recorta el tiempo y reduce el estrés y los efectos secundarios de los tranquilizantes con respecto al transporte en camión.

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