Bombay


Bombay, también conocida bajo la forma local Mumbai (maratí: मुंबई), oficial desde 1995, es la capital del estado federal de Maharashtra en la India y la más importante ciudad portuaria del subcontinente. El nombre deriva de la diosa local Mumba Devī. Entre 1626 y 1995 se llamó oficialmente "Bombay" (en maratí e hindi: बंबई), nombre tradicional cuyo uso sigue recomendando en español la Asociación de Academias de la Lengua Española.

Se encuentra situada en una estrecha franja de terreno que surge de la costa pantanosa de Maharashtra y se adentra en el Mar Arábigo. La ciudad es el principal centro económico de la India y alberga a la mayor industria cinematográfica del mundo, siendo también nudo de comunicaciones y un importante centro cultural que cuenta con numerosas universidades, teatros, museos y galerías.

Bombay tiene 19.499.453 habitantes en la Región Metropolitana de Bombay (Mumbai Metropolitan Region, MMR), que incluye también las zonas del norte con la ciudad de Thane (datos válidos al 1 de enero de 2005). En la India no existen, sin embargo, autoridades encargadas de registrar el lugar de residencia de los ciudadanos, por lo que estos datos de población representan estimaciones basadas en los censos de población generales.

Numerosos edificios del casco antiguo de Bombay están construidos en una derivación regional del estilo historista. Dos de los monumentos de la ciudad, la Terminal Ferroviaria de Chhatrapati Shivaji y los templos de la cueva de Elephanta, forman parte de la lista de Patrimonios de la Humanidad de la Unesco.

Subcontinente Indio


El Subcontinente Indio es la región geográfica que comprende la mayor parte de la India histórica, actualmente dividida entre los estados de India, Pakistán, Bangladesh, Nepal y Bután. Por razones culturales y geográficas, se considera también parte del subcontinente los estados insulares de Sri Lanka y Maldivas. Todas estos países forman parte de la Asociación Sudasiática para la Cooperación Regional (SAARC, en sigla inglesa). El Subcontinente Indio fue conocido durante siglos como el Indostán y es equivalente al territorio que hasta la desaparición del Raj Británico en 1947 era conocido como la "India Británica". En total, la superficie del Subcontinente Indio asciende a unos 4.480.000 km².

Hunos


Los hunos fueron una confederación de tribus euroasiáticas, muchas de ellas de los más diversos orígenes, unidas por una aristocracia que hablaba una lengua túrquica. Este grupo humano apareció en Europa en el siglo IV, y su máximo exponente fue Atila el Huno. Los hunos fueron llamados bárbaros por los romanos, a los que invadieron entre los siglos IV y V.

Mito


Los mitos forman parte del sistema religioso de una cultura, la cual los considera historias verdaderas. Su función es otorgar un respaldo narrativo a las creencias centrales de la comunidad.

Según Mircea Eliade, el mito es una historia sagrada que narra un acontecimiento sucedido durante un tiempo primigenio, en el que el mundo no tenía aún su forma actual. Los acontecimientos de la naturaleza que se repiten periódicamente se explican como consecuencia de los sucesos narrados en el mito (por ejemplo, en la mitología griega el ciclo de las estaciones se explica a partir del rapto de Perséfone).

Según la visión de Lévi-Strauss, uno de los estudiosos más influyentes del mito, a todo mito lo caracterizan tres atributos:

* trata de una pregunta existencial, referente a la creación de la Tierra, la muerte, el nacimiento y similares.
* está constituido por contrarios irreconciliables: creación contra destrucción, vida frente a muerte, dioses contra hombres.
* proporciona la reconciliación de esos polos a fin de conjurar nuestra angustia.

Como los demás géneros tradicionales, el mito es en origen un relato oral, cuyos detalles varían a medida que es transmitido de generación en generación, dando lugar a diferentes versiones. En las sociedades que conocen la escritura, el mito ha sido objeto de reelaboración literaria, ampliando así su arco de versiones y variantes.

Desde que en la Antigüedad grecolatina las explicaciones filosóficas y científicas entraron en competencia con las míticas, la palabra mito se cargó en ciertos contextos de un valor peyorativo, llegando a utilizarse de forma laxa como sinónimo de patraña, creencia extendida pero falsa: p.ej., la sociedad sin clases es un mito comunista, o la mano invisible del mercado es un mito liberal. También es común el uso un tanto laxo de mito y mítico (o leyenda y legendario) para referirse a personajes históricos o contemporáneos (o incluso a productos comerciales) cargados de prestigio y glamour: Charlot es un mito del cine mudo; los Beatles son un grupo mítico.

El templo cristiano


Las iglesias cristianas usan los dos significados de la palabra "templo" que se encuentran en la Biblia, considerando que el cuerpo físico es "un templo" sagrado y por eso se debe cuidar. En términos cristianos el cuerpo de una persona es una alegoría del templo, por considerarse también sagrado (1Corintios 3:16).

El otro uso de la palabra "templo" tiene que ver con un edificio especial, tal como el Templo de Jerusalén, que es "la Casa del Señor", donde sus fieles reciben normas y consejos religiosos relacionados con la espiritualidad.

En los textos cristianos, el templo aparece como un medio de congregación, y no es de primera importancia dentro de los aspectos de fe. Jesús, en algunos pasajes, le resta importancia a la presencia del templo cuando sus apóstoles le mostraban su belleza; en otros pasajes pelea contra mercaderes y cambistas aposentados en el atrio.

El cristianismo, al institucionalizarse, adoptó la forma de basílica romana, edificio de uso civil, no religioso, como modelo para sus grandes templos, por ser el espacio cubierto más adecuado para celebrar sus rituales y prácticas públicas.

Actualmente los templos cristianos en todo el mundo son planeados, diseñados y construidos por especialistas en la materia, siendo edificios importantes por sus dimensiones, su función urbana y el impacto urbano y ambiental que los edificios de gran tamaño traen consigo.

El templo romano


Por lo general se emplea travertino, material que sustituye a la toba de los etruscos y que será abandonado en época imperial. Como revestimiento del núcleo de hormigón —opus caementium— se usan piedras irregulares —opus incertum— y, más tarde, ladrillos —opus latericum— o piedras labradas piramidalmente que forman una especie de red, el opus reticulatum.

Se estructura el templo romano, con la planta heredada de los etruscos, y un alzado con columnas, capiteles, etc., de influencia griega, como el Templo de Portunnus o el original Templo de Hércules Olivario, de planta circular. Esta arquitectura religiosa culmina en el santuario de la Fortuna Primigenia, en Praeneste. En arquitectura civil, se realiza el Tabularium, de la época de Sila, y el primer foro, el de Julio César, con plazas porticadas y un templo a la diosa Venus.

Clasicismo


El período clásico supone, en sus inicios, la culminación de esa herencia, con obras como el Templo de Afaia en Egina o el Templo de Zeus en Olimpia. A mediados del s. V a. C. se realiza, bajo el gobierno de Pericles, un ambicioso programa de construcción de edificios religiosos. Estos son erigidos en la parte más elevada, la acrópolis de Atenas, y suponen la consagración de los órdenes dórico y jónico.

Al mismo tiempo, se crea un nuevo orden de columnas: el corintio. Es interesante hacer notar que, según la tradición griega, su inventor no es un arquitecto, sino el escultor Calímaco. Se explica así que el orden corintio ofrezca un sentido más decorativo y estilizado. El origen es muy curioso: Calímaco había encontrado en el suelo una cesta sobre hojas de acanto; inspirándose en ese hallazgo, idea la forma del capitel corintio.

Progresivamente se fue introduciendo la columna corintia, consagrada en el Templo de Apolo, en Bassae. En los siglos IV y III a. C. se generalizará el empleo del orden corintio. Es, por último, la época en que surge una tipología que ya tenía precedentes en la arquitectura griega: el tholos, edificio de planta circular. El período clásico alberga excelentes ejemplos en los santuarios de Delfos, Epidauro y Olimpia.

El palacio minoico


El palacio minoico es centro político, religioso, económico, almacén central, centro social, residencia real, etc. Estos complejos se situaban en lugares altos cercanos a la costa, sobre una colina, por lo que son espacios llenos de desniveles, con rampas y escaleras, pues siguen la topografía del terreno. El palacio, con su estructura laberíntica y densa, constituye un ordenado microcosmos. Alrededor del patio central se encuentran espacios arquitectónicos de múltiples usos.

Existen muros maestros compartidos a partir de los cuales se construyen otros muros perpendiculares, causando un efecto “peine”, muy característico de los palacios minoicos. Se dividen así habitaciones diferentes. Algunas estancias minoicas siguen el esquema de los espacios del mégaron de Micenas. Habrá zonas destinadas a almacenamiento o actividades públicas, y otras destinadas a vivienda. La arquitectura minoica es fluida y no tiene un eje central. No se trata de ciudades axiales, como serán las micénicas, sino de espacios asimétricos, llenos de intersecciones y circulación espiral. La arquitectura minoica es adintelada. Las columnas se caracterizan por el fuste rojo que se va estrechando hacia la base, coronado por un capitel almohadillado. Es una arquitectura muy decorativa.

El templo egipcio


Los primeros templos monumentales construidos en piedra fueron los de la civilización del antiguo Egipto, durante el Imperio Antiguo (2700-2200 a. C.), destacando por su magnificencia el conjunto de templos del Imperio Nuevo en Luxor y Karnak.

La mayoría de los dioses egipcios tienen templos, con sacerdotes a su servicio. En la religión egipcia el templo es la imagen terrestre de la morada celestial, y las estatuas que representaban a los dioses eran consideradas depositarias del Ka del dios, y su situación dentro del templo, la naos, y los rituales, necesitaban de un sacerdocio a su disposición.

Estos templos, más que lugares de culto, eran considerados moradas del Ka de la divinidad y por este motivo, sólo el faraón y los sacerdotes podían entrar en el recinto sagrado, pues la religión egipcia tenía un carácter mistérico de gran complejidad.

El clero tuvo gran poder e importancia en diversos periodos. En una primera época, los Imakhus tenían funciones civiles y religiosas, no había distinción. En los templos había un Sumo Sacerdote (como el Sumo sacerdote de Amón) que era el delegado del faraón para realizar el culto; asimismo había profetas y un clero inferior, encargado de las tareas auxiliares. Durante el periodo tardío de Egipto también existe un influyente clero femenino, destacando Nitocris, la sacerdotisa del dios Amón.