El Ganges y el hinduismo

En el hinduismo, el río Ganges está personificado bajo la forma de una diosa:Maa Ganga (madre Ganga). Según la leyenda, esta diosa era la madrastra de Karttikeya, hijo de Shivá y Párvati.

A lo largo del río se encuentran numerosos lugares sagrados para los hindúes, incluyendo las ciudades de Benarés y Haridwar. Se cree que cada inmersión en el río sirve para expiar un pecado. Además, depositar las cenizas de un cadáver en el Ganges evita el ciclo de las reencarnaciones al difunto. Los hinduistas realizan continuas peregrinaciones al río para bañarse en él o meditar en sus orillas.

Según la mitología, el dios Brahma creó el río Ganges a partir del sudor que recogió del pie de Vishnú. Años más tarde, un rey de nombre Sagar, tuvo de forma mágica 600 hijos. Un día, el rey realizaba un ritual para el dios del reino en el que participaba un caballo. El dios Indra, celoso, robó el caballo y Sagar envió a todos sus hijos alrededor de la tierra para encontrar al animal. Finalmente lo encontraron en el inframundo al lado de un sabio penitente. Creyendo que el sabio era el autor del robo, le insultaron y golpearon. El sabio abrió los ojos y miró a los hijos de Sagar. Su mirada hizo arder hasta la muerte a los 600 hijos del rey.

Las almas de los hijos de Sagar vagaron como fantasmas hasta que terminara por completo el ritual que su padre había iniciado. Uno de los descendientes de Sagar, Bhagiratha, rogó al dios Brahma que permitiera a la diosa Ganga regresar a la tierra y se llevara las cenizas de los difuntos hasta el cielo. Brahma aceptó y ordenó que la diosa regresara desde el inframundo. Pero Ganga considero que esta tarea era un insulto para su inteligencia y decidió destruir la tierra por completo. Bhagiratha, asustado, rogó a Shivá que detuviera el descenso de la diosa.

Ganga cayó de forma arrogante sobre la cabeza de Shiva. Pero Shiva la atrapó entre sus cabellos y la convirtió en pequeños riachuelos. Mientras la diosa Ganga regresaba al inframundo fue creando diversos arroyos en la tierra que servirían para purificar a las almas infortunadas que la habitaban.

Ganges


El Ganges es un gran río del norte de la India. Nace con el nombre de Bhagirathi desde el glaciar Gangotri en el Himalaya, uniéndose al Alaknanda cerca de Deoprayag para formar el Ganges.

A partir de ahí, el Ganges fluye a través de las grandes llanuras del norte de la India y desemboca en el Golfo de Bengala después de haberse dividido en muchos ríos menores. Uno de ellos es el río Hoogli cerca de Calcuta; otro es el Padma, un río que entra en Bangladesh. El nombre "Ganges" proviene de la palabra ganga que en hindi significa río.

La longitud total del río es de 2.507 km. Una de las mayores concentraciones de población del mundo está establecida a lo largo de las orillas del Ganges. La cuenca del Ganges es muy fértil y, en la actualidad (2005), uno de cada doce habitantes del mundo (un 8%) vive en esta zona. Sin embargo, debido a la alta concentración de población, la contaminación y la destrucción de diversos hábitats naturales han aumentado de forma alarmante en toda la zona.

La región limitada por el delta cerca de las costas del golfo de Bengala es conocida como los Sundarbans (Bosques bellos); una región de espeso bosque de manglar y uno de los principales hábitat del tigre de Bengala.

El río Yamuna, un río considerado también como sagrado, es un afluente del Ganges, y su unión está cerca de la ciudad sagrada hindú de Prayag, ahora llamada Allahabad.

Dos especies de delfines habitan en el Ganges, el Delfín del Río Ganges y el Delfín Irrawaddy. El Ganges es también interesante por una extraña especie de tiburones, el Glyphis gangeticus el cual es actualmente bastante desconocido.

Plantae


Plantae (del latín: "plantae", plantas) es el nombre de un taxón ubicado en la categoría taxonómica de Reino, cuya circunscripción (esto es, de qué organismos está compuesto el taxón) varía según el sistema de clasificación empleado. En su circunscripción más amplia coincide con el objeto de estudio de la ciencia de la Botánica, e incluye a muchos clados de organismos lejanamente emparentados, que pueden agruparse en cianobacterias, hongos, algas y plantas terrestres, organismos que casi no poseen ningún caracter en común salvo por el hecho de poseer cloroplastos (o de ser el ancestro de un cloroplasto, en el caso de las cianobacterias) o de no poseer movilidad (en el caso de los hongos). En su circunscripción más usual (en la clasificación de 5 reinos de Whittaker, 1969[1] ), las cianobacterias, los hongos y las algas más simples fueron reagrupados en otros Reinos. En esta clasificación, el Reino Plantae se refiere a los organismos multicelulares con células de tipo eucariota y con pared celular (lo que algunos llaman célula vegetal, definida como el tipo de célula de los vegetales), organizadas de forma que las células posean al menos cierto grado de especialización funcional. Las plantas así definidas obtienen la energía de la luz del Sol, que captan a través de la clorofila presente en los cloroplastos de las células más o menos especializadas para ello, y con esa energía y mediante el proceso de fotosíntesis convierten el dióxido de carbono y el agua en azúcares, que utilizan como fuente de energía química para realizar todas sus actividades. Son por lo tanto organismos autótrofos. También exploran el medio ambiente que las rodea (normalmente a través de órganos especializados como las raíces) para absorber otros nutrientes esenciales utilizados para construir proteínas y otras moléculas que necesitan para subsistir. Hay que recalcar que la circunscripción de Whittaker deja afuera del reino Plantae a las algas que no poseen multicelularidad con un mínimo de división del trabajo. Gracias a los conocimientos que se tienen hoy en día sobre filogenia, se sabe que la circunscripción de Whittaker también agrupa en el reino Plantae a organismos lejanamente emparentados entre sí. En el ambiente científico, los taxones útiles son aquellos que posean un ancestro común. Los numerosos análisis moleculares de ADN que se han realizado en los últimos años, que han resuelto en líneas generales el árbol filogenético de la vida, indican que todo lo que conocemos como "plantas terrestres" (taxón Embryophyta), "algas verdes" (que junto con las embriofitas forman el taxón Viridiplantae), algas rojas (taxón Rhodophyta), y un pequeño taxón llamado Glaucophyta, poseen un ancestro común, que fue el primer organismo eucariótico que incorporó una cianobacteria a su célula formándose el primer cloroplasto. Hoy en día, es esta agrupación de organismos la que se reconoce como Plantae en el ambiente científico (a veces llamándola "clado Plantae", debido a que sus organismos tienen un antecesor común, para diferenciarla del "reino Plantae" de la circunscripción de Whittaker, circunscripción aún muy utilizada en los libros de texto). Muchos organismos con cloroplastos (por ejemplo las "algas pardas") quedan fuera del taxón, porque no son descendientes directos de aquéllos que adquirieron el primer cloroplasto, sino que adquirieron sus cloroplastos de forma secundaria, cuando incorporaron un alga verde o un alga roja a su célula, y hoy en día son por lo tanto ubicados en otros taxones, a pesar de ser eucariotas multicelulares con cloroplastos. Los nombres alternativos para el "clado Plantae", que son Archaeplastida y Primoplantae, hacen referencia a que su ancestro fue la primer "planta" sobre la Tierra. Finalmente, a veces se llama "plantas" a todos los eucariotas con cloroplastos, sin distinción de si los adquirieron en forma primaria o secundaria, ni si son uni o multicelulares (por ejemplo es común que se utilice esa definición de "planta" en los textos que tratan sobre cloroplastos).

Las plantas poseen muchos tipos de ciclos de vida. Las algas pueden poseer un ciclo de vida haplonte, haplo-diplonte o diplonte. Las plantas terrestres (Embryophyta) poseen un ciclo de vida haplo-diplonte, y entre ellas podemos diferenciar entre los musgos en sentido amplio, las pteridofitas y las espermatofitas. En los musgos, el cuerpo fotosintético es la parte haplonte de su ciclo de vida, mientras que el estadío diplonte se limita a un tallito que nutricionalmente es dependiente del estadío haplonte. En pteridofitas (licopodios, helechos y afines) lo que normalmente llamamos "helecho" es el estadío diplonte de su ciclo de vida, y el estadío haplonte está representado por un pequeño gametofito fotosintético que crece en el suelo. En espermatofitas (gimnospermas y angiospermas), lo que normalmente reconocemos como el cuerpo de la planta es sólo el estadío diplonte de su ciclo de vida, creciendo el estadío haplonte "enmascarado" dentro del grano de polen y del óvulo.

Las plantas poseen 3 juegos de ADN, uno en el núcleo, uno en las mitocondrias y uno en los cloroplastos. Los 3 juegos de ADN fueron utilizados por la Botánica Sistemática para inferir relaciones de parentesco entre las plantas.

Los taxones de plantas, como todos los seres vivos, son nombrados y agrupados según los principios de la Taxonomía, que aquí estarán brevemente descriptos.

Agni

En el marco del hinduismo, Agní (del vocablo sánscrito agní: ‘fuego’) es el dios védico del fuego. Junto con Indra y Surya conforman la “trinidad védica” (más antigua y más tarde olvidada y reemplazada por la trinidad puránica de Brahmā, Vishnú y Śiva).

Agnídev es hijo de la diosa Prithivi (la Tierra) y del dios Diaus Pitar (que es una derivación del antiquísimo término indoeuropeo que se convertiría en el griego Zeus, el latín Deus y Iú-piter) y el sánscrito Diaus Pitar [‘Dios padre’]). Una de las tareas de Agnídev es la de ser mensajero entre los dioses y los mortales. Protege a los hombres y a los hogares de los hombres. En su cabeza tiene un millón de ojos.

En el arte hindú se lo representa con dos rostros —lo que sugiere sus efectos beneficiosos y destructivos—, ojos y cabello negro, tres piernas y siete pares de brazos. De su cuerpo emanan siete rayos de luz (otro de sus nombres es Sapta Jihwá, ‘siete lenguas’) Su vehículo es un macho cabrío, o una cuadriga tirada por cabras (o más raramente por loros).

Actualmente en los templos hindúes todavía se utiliza el sagrado taladro agní manthana para generar fuego por fricción, que simboliza el milagroso nacimiento diario de Agní.

Indra

Indra era el dios principal de la primitiva religión védica (previa al hinduismo) en la India. Aparece como héroe y figura central en el libro Rig vedá (hacia el siglo XI a. C.). Es considerado el dios de la atmósfera y el cielo visible.

Posteriormente, en el hinduismo, se convirtió en el rey de todos los semidioses (dioses inferiores) y fue superado por los dioses Brahmá, Vishnú y Shivá.

Su arma es el relámpago (vashra).[1] Su vajana (vahana: ‘vehículo, montura’) es el elefante Airavata, que representa la nube de la cual Indra hace descargar su lluvia.

Entre otras cosas es el dios regente de la pupila del ojo derecho (mientras que la del izquierdo es representada por su esposa, la diosa Indrānī) o Sachi.

Su piel es blanca o amarillenta y su cuerpo está cubierto de ojos con párpados, que le permiten ver todo lo que sucede en el mundo.

En realidad esos ojos fueron una maldición-bendición de sabio Gotama. Indra había seducido a la esposa del sabio, Ajalia (ahalya). Al enterarse el asceta del adulterio, hizo que el cuerpo de Indra se llenara de decenas de vulvas. Indra hizo penitencias para pedir perdón, y el sabio terminó accediendo a convertir las vulvas en ojos.

En las escrituras hinduistas, Indra es un dios temeroso de perder su puesto como dios principal. Por eso, cuando se entera de que algún humano (como Vishuámitra) realiza muchas austeridades para ganar karma que le permita ascender en una siguiente encarnación y ocupar el puesto de Indra, éste envía a las prostitutas celestiales, las apsarās (como Urvashí, Rambhá o Menaká) para que lo seduzcan y le hagan perder todo avance místico.

Dios

El concepto teológico, filosófico y antropológico Dios hace referencia a una suprema deidad adorada por algunas religiones, en especial las de origen abrahámico y aquellas relacionadas. Su conceptualización ha sido tema de debate en casi todas las civilizaciones humanas.

El vocablo «dios» se escribe en español con mayúscula como sustantivo propio cuando se refiere a la idea de ser supremo de las religiones monoteístas, como son el judaísmo, el cristianismo, el islam y, quizá en menor medida, el zoroastrismo o mazdeísmo.

En la tradición cristiana, desde la Edad Media, Dios es objeto de estudio de la teología. Desde tiempos de Santo Tomás de Aquino (1225-1274), se asume que la existencia de Dios no es tarea comprobable por el método científico, sino que su existencia ha de demostrarse en el ámbito de la metafísica.

En el Islam, el Corán no discute en profundidad el tema de demostrar la existencia de Dios, ya que dice ésta es confirmada por el instinto humano puro y sano (así como por la mente no contaminada con «la impureza del politeísmo»). Más aún, la afirmación de la Unidad Divina, es algo natural e instintivo

Panyab

El Panyab (conocido en inglés como Punjab) es una región geográfica compartida por los estados de Panyab, Haryana e Himachal Pradesh (en India) y la provincia de Panyab (en Pakistán).

El nombre Panyab proviene del persa پنج (panj: ‘cinco’) y اب (āb: ‘agua’) significa ‘región de los cinco ríos’. Éstos, tributarios del río Indo, son el Beas, el Chenab, el Jhelum, el Ravi y el Sutlej. Los cinco ríos ahora divididos entre India y Pakistán, se unen para formar el Panya Nada (‘cinco ríos’), que se une al Indo.

Hinduismo

El hinduismo es un complejo de varios sistemas de creencias que ven a varios dioses y diosas como representativos o emanados por una sola fuente, Brahman, interpretado como la esencia que forma todo, informe, infinito e impersonal en la tradición Advaita o como un dios dual como lo son Lakshmi-Vishnú, Radha-Krishna, Deví-Shivá según las tradiciones Dvaita. Los śaktas, los adoradores de las diosas, asocian este Dios con Deví, la diosa madre.

Aspectos tales como un Dios que es un Dios masculino (Śaktiman) con energía femenina (Śakti) trabajando como una pareja son frecuentemente imaginados como dioses hombres y sus esposas o consortes, proveyendo muchas analogías entre un sostén pasivo de género masculino y el dinamismo de la energía femenina.

Por ejemplo, Brahma forma pareja con Sárasuati, mientras que Shivá forma pareja con Uma, quien es luego representada a través de un número de avatares (encarnaciones): Párvati y los guerreros Durgā y Kali. Todas las diosas en el hinduismo son a veces agrupadas en la gran diosa Deví.

La idea de los śaktis introduce un elemento adicional. Su ideología, basada principalmente en los tantras considera a Śakti como la energía mediante la cual todas las divinidades funcionan, por lo que lo masculino resulta dependiente de lo femenino.

En efecto, en una muy importante escritura śakta conocida como Devi Mahatmya, todas las diosas se presentan como expresiones y aspectos de una única fuerza femenina, una en su verdad, pero expresada en forma de muchas diosas, que da al mundo y al cosmos la energía para su funcionamiento. Tanto los tratados filosóficos como las metáforas transmiten el mensaje de que la potencialidad del ser masculino está determinado por la acción de lo divino del género femenino.

Las deidades locales de diferentes regiones en la India fueron a menudo identificadas con las deidades hindues principales, proceso que ha sido llamado "de Sanskritización". Otros lo atribuyen a la influencia del monismo o Advaita el cual reniega de una categorización politeísta o monoteísta.

Algunas diosas llegan a tener hasta más de 100 nombres. Mientras que las fuerzas monistas han llevado a la fusión entre algunas diosas, fuerzas centrífugas han dado origen al ascenso de nuevas diosas y rituales populares en distintas partes del mundo hindu. Así, la diosa Durga, que es muy popular, fue una diosa pre-Védica que fue después fusionada con Parvati, un proceso que puede ser rastreado a través de textos tales como el Kalika Purana (Decimo Siglo), Durgabhaktitarangini (Vidyapati Siglo 15), Chandimangal (Siglo 16) etc.

Diosa

Una diosa es una deidad femenina, en contraste con las deidades masculinas conocidas como "dioses". Muchas culturas tienen diosas. Frecuentemente son parte de un largo panteón que incluye los géneros convencionales y, en algunos casos, incluso deidades hermafroditas (o de género neutro).

Los conceptos de monoteísmo y politeísmo pueden ser relativos, de modo que los conceptos de dios y diosa pueden ser culturalmente mal entendidos. El concepto de género en relación a un Dios y a una Diosa puede connotar profundas tendencias de patriarcado y matriarcado que pueden equivaler a la división entre monoteísmo y politeísmo. El concepto Diosa es apoyado por matriarcas modernos y panteístas como la versión femenina, o análoga a Dios, (p.e. el Dios Abrahámico), quien en el círculo feminista y en otros círculos es percibido como ser arraigado en el concepto patriarcal dominado por la exclusión de conceptos femeninos.

El uso de una lengua paralela como "patriarcado" y "matriarcado" para indicar tendencias de género puede agregar malentendidos en las preferencias de organización social de hombres y mujeres, según lo evidenciado en resultados antropológicos, arqueológicos y culturales.

La relación femenino-masculina entre deificaciones es a veces originada en el Monismo, ("uno-ismo") sin una vinculación a un concepto definido y rígido de monoteísmo contra politeísmo en donde Diosa y Dios son vistos como géneros de un ser trascendental.

Comercio

Las ciudades del Indo comercializaban no sólo productos agrícolas, sino con metales, como el oro, plata, plomo y estaño, joyas y piedras semipreciosas (lapislázuli y turquesa), herramientas, utensilios y cerámicas. Sus huellas han aparecido en documentos sumerios y acadios que registraban el comercio de oro, ébano y cornalina con naves que algunos historiadores identificaban como procedentes de esta región.

Durante la fase Harappa, se desarrolla el comercio entendido como un factor importante para la ciudad, que muchos han calificado como importante para el crecimiento del urbanismo y su mantenimiento y otros que creen que no fue tan importante, que no influyó. Es posible que el comercio, que otra fuente de recursos de la misma manera que la agricultura lo era, provocará este crecimiento urbano. Las causas por las que existiera un comercio exterior eran dos: el buscar materiales que no se encontraban en el propio territorio y los objetos de lujo para la élite que era quien por lo tanto, controlaba este comercio. Las ciudades de la cultura Harappa creaba colonias de explotación de donde extraía los materiales que necesitaba, por muy lejos que estuvieran. Un ejemplo de ellos es Shortugai, un colonia que se encuentra en el norte del actual Afganistán de donde sacaba lapislázuli, cobre y estaño. Además de otras colonias en Baluchistán. El área que participaba del comercio exterior con la zona del valle del Indo era la de la península arábiga (en concreto la región de Omán, es decir la zona costera), la zona de Mesopotamia y el actual Irán.

Hacia el tercer milenio a. C. este comercio marítimo con el golfo, enlazó la India con Mesopotamia, cuya ruta pudo provocar el intercambio cultural y humano. Carl O. Saver lo cree por la dispersión de plantas domesticadas desde África a Arabia y en el sur de la India a la vez. Muestra del intercambio cultural son las esculturas que son muy parecidas entre Mesopotamia y el Valle del Indo como la representación del mono.

Las evidencias más claras de este contacto externo es el descubrimiento de artefactos típicamente harappienses en Omán como la cerámica o sellos de bronce. Estos productos han entraron en Mesopotamia desde mediados del siglo XXVI hasta el siglo XIV a. C., pero se sabe que han sido fluctuaciones constantes de productos durante toda la fase harappiense. De hecho textos mesopotámicos hacen referencias a relaciones comerciales con un territorio que ellos llaman Meluhha y que muchos investigadores creen que hace referencia a la zona del valle del Indo. Además hay evidencias de que ciudadanos harappienses se asentaron en Mesopotamia y que acabaron por aculturizarse. Por otro lado, se sugiere que el trato comercial entre estos territorios no fue directo sino vía el golfo o a través de Baluchistán, y no directamente entre las ciudades de las dos regiones. Por lo tanto, los pocos habitantes de ciudades de Harappa que vivieran en Mesopotamia no eran representantes de estas ciudades del valle del Indo.

Los mayoría de los productos con los que se comerciaba eran de lujo como por ejemplo:

* piedras semipreciosas
* metales
* sellos
* joyería
* varias formas de objetos de arte
* animales exóticos
* productos alimenticios (como el pescado salado o ahumado de Baluchistán)
* ropa
* y diversos productos manufacturados.

Productos manufacturados siempre por el pueblo ya que la élite era, como dije antes, quien controlaba este comercio y se beneficiaba de las mercaderías.

La cerámica del Indo también circuló por toda esta zona del Asia meridional: cerámica en forma de copas, vajilla común, también algunos tiestos con inscripciones en escritura india (como la de Ras al-Junayz. También cerámica específica de un centro productos como la de Sorath Harappan en Guyarat, que se encuentra en gran cantidad en Saar (actual Bahrein). Además se han encontrado jarras en varias ciudades del Indo (así como en el golfo): Mohenjo Daro, Harappa, Balakot, Dholavira, Miri Qalet, Nausharo y Sotkah Koh. Puede se que sirvieran para transportar el vino hacia el golfo, porque la viticultura formaba parte de la agricultura en auge en esta época. También se importaba plata de Afganistán e Irán, cobre de Khetri en Rayastán, Baluchistán y Arabia, turquesa y jade de Asia central e Irán.

Textiles

Practicaban la hilanderia y el textil de lana y algodón. Un fragmento de algodón tejido proveniente de Mohenjo-Daro es la prueba más antigua del uso de los textiles de algodón en el mundo antiguo, siendo éste el textil más importante de India en la actualidad.

Cultura del valle del Indo

Las civilizaciones más antiguas del subcontinente indio emergieron en el valle del río Indo, alrededor del siglo XXV a. C..

Abarcaban cerca de un centenar de pueblos y dos ciudades importantes: Harappa y Mohenjo-Daro. Estas ciudades en conjunto dominaban el área más extensa de todas las civilizaciones antiguas: más de un millón de kilómetros cuadrados. Al igual que las civilizaciones de la Mesopotamia y Egipto, dependían de su río. Como el Nilo, el Indo se desbordaba todos los años, inundando extensas zonas y depositando sedimentos fértiles. Este inmenso potencial agrícola fue la base sobre la cual se desarrolló el urbanismo en torno al río Indo.

Con las culturas del valle del Indo se inicia el primer capítulo de la historia de la India. En milenios anteriores hay una larga fase prehistórica, probada por testimonios líticos. Por otra parte, se pueden encontrar vestigios prehistóricos hasta el primer milenio a. C., es decir, hasta un tiempo en que la península ya había entrado ampliamente en la luz de la historia. En sentido estricto, las culturas del Indo también pertenecen a la prehistoria, ya que solamente han dejado restos arqueológicos, sin documentos literarios. Pero, para apreciar con justicia la historia india hace falta tomar en consideración estas culturas urbanas prearias, altamente desarrolladas.